El profesor debería ser una especie de cantautor, con un mensaje a transmitir para lo cual utiliza toda su pasión y habilidad. Y unos alumnos, que son su público, deseosos de verlo en directo, pero también dispuestos a seguir recibiendo su mensaje "enlatado", sea audio o vídeo. Un entorno que sería la extensión del hábitat natural del músico que es el escenario.
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